sábado, 15 de septiembre de 2012

¿Enamorada o hipnotizada?

   Te miraba a los ojos y observaba que tu pupila, grande y fuerte, reflejaba mi mirada cual espejo calca un movimiento. Y a pesar de tenerme a mí cuando te miraba a ti, me sentía como una extraña estando contigo. Cuando pensaba en ti o estabas a mi lado, siempre desconocía de mí. No me comportaba diferente estando a tu lado, ni siquiera hablaba de otra forma. Sólo sentía que podía ser tuya en cualquier momento, y eso en mí era totalmente extraño, pues nunca fui fácil de enamorar y menos aún de poseer. Yo no quería sentirme así, no me gustaba saber que en cualquier momento, sólo si tú querías, podía volverme tuya.
   -Si es que no lo era ya-.
   Era tan dependiente de tu mirada, de tus brazos, de tus ojos, tu sonrisa, tu piel, tu alma, tu corazón...
   Era tan dependiente de ti, que me sentía atrapada en una cárcel de sentimientos prácticamente oprimidos. No me quería dejar llevar por nada ni nadie.
   Ya no sólo era mi mente la que se resistía, también mi corazón atrapado ante aquella tentación me aconsejaba que me alejara de esos dulces pero malvados ojos que pertenecían a tu mirada.

No hay comentarios:

Publicar un comentario