martes, 28 de mayo de 2013

C'est la vie, c'est l'amour








No me habléis de dulces miradas si no habéis visto la suya, no me habléis de paisajes si no habéis visto su cuerpo, no me habléis de emociones sin sentir lo que siento cuando la veo... 
                                                                             ♥





viernes, 17 de mayo de 2013

Gritos de silencio





  Me quedo a ver si sale el sol
en este campo de concentración
que llaman vida
que llaman muerte
si al fin y al cabo
es cosa de suerte.











miércoles, 8 de mayo de 2013

Nostalgia.




   Tengo un vago recuerdo de ti. De tu sonrisa, de tus abrazos. De muchos momentos que pasamos juntos, que, desde luego, pocos no fueron. cuando pienso en eso, una sensación muy extraña corre por mi cuerpo. Mentalizo las memorias y me siento como si estuviese dentro de un sueño, o intentando recordar alguno.
   Me acuerdo más de las palabras, las conversaciones por teléfono o los mensajes que nos mandábamos. Lo cual me entristece, porque prefiero mil veces la nostalgia de tus gestos que la de tus palabras. Ya que nada podrá nunca sustituir a los besos que me diste.



sábado, 4 de mayo de 2013

Llantos bañados en cal




   Heridas de acero y hierro, manos desnudas de dedos suaves, agudas melodías románticas en un bello paisaje bañado en niebla y verde pálido.
   Un alma oxidada toca el piano, maravillosa la sonata Moonlight, saliendo del sabor más dulce y a la vez triste...
 
   ¡Esperaba de vos alguna otra mirada! -gritaba y lloraba, tocaba y suspiraba...- Feliz el día en el que pude abrazaros...

   Y lo tomaba a cuento, no lo hubiera creído bajo juramento, pero sus llantos demostraban la impotencia, la tristeza, la rabia y la desesperación que representaba su rostro casi mentiroso, pero deseoso de unas manos cálidas que lo aguardasen.
   En el fondo, sabía que la culpa era suya, pero aquel orgullo y aquel poco amor propio se anteponía ante ella, y su falsa indiferencia teñía el odio y el rencor... Odio y rencor que sentía hacia su persona.

   ¡Las letras de Cervantes no me evaden! ¡Las músicas de Beethoven ya no me transmiten nada...! Muérome consumida de un loco pensamiento, causado entre cartas de desamor y traiciones envenenadas...
  

  ¿No sientes morir? -le preguntaron un día.
   Sólo siento el dolor, culpable aquel nombre de éste, por no saber mis sentimientos, por olvidarse del color de mis ojos, por desnudar mi cuerpo, hacerlo suyo y luego traicionarlo y abandonarlo...